Hostilidad horizontal

La psicóloga Judith White en 1998, ha identificado como hostilidad horizontal " El rechazo de un grupo minoritario hacia miembros de su mismo grupo, por considerarlos “moderados” o menos «aspirantes".
Sin embargo el concepto fue definido anteriormente por Florynce Kennedy, en su artículo de 1970, Opresión institucionalizada contra la mujer, "Las personas oprimidas son especialistas en hostilidad horizontal contra personas vulnerables como ellas, quizá porque no tienen medios para enfrentarse a un enemigo más fuerte."

Resulta que a veces le exigimos mucho más a quien ha iniciado su camino en feminismo que al resto de la sociedad, lo que va provocando quiebres y desentendimiento. A veces incluso cierto rechazo, pero a la vez orgullo de quien se acerca más al estereotipo feminista. El problema está en que dirigir la energía y la fuerza a una persona individual nos desvía del objetivo, empezamos luchas horizontales en vez de unir fuerzas para hacerle frente a la opresión vertical.
Está bien hacer crítica, comentar, dar la opinión, pero no olvidar que nos identificamos con el o los feminismos para hacerle frente a la opresión patriarcal, no para exigir una suerte de perfección en el activismo, perfección bajo nuestro criterio, no todas manejamos la misma información, no todas llevamos el mismo tiempo informándonos y cuestionandonos, no todas nos desenvolvemos en los mismos círculos ni tenemos las mismas vivencias ni motivaciones.
No le hagamos el favor al machismo de debilitarnos entre nosotras, no le hagamos el favor de convertir el feminismo en una suerte de competencia, que capitalista y patriarcal concepto. Ante eso nos tenemos, tenemos la sororidad y eso no significa que una no se pueda equivocar, que no pueda cambiar de opinión o que tengamos que estar todas de acuerdo en todos los puntos, significa que no debemos olvidar que la compañera feminista al igual que yo se está cuestionando todo, desde su vivencia por su puesto, y probablemente se ha hecho las mismas preguntas, y al igual que una no tiene todas las respuestas, pero confiemos en su criterio y en el nuestro, sepamos que este es un camino. Que el feminismo, al menos para mí, es un camino y una herramienta, no un objetivo al cual llego y terminó, es un camino de aprender, desaprender, crear redes y luchar. No hay mala feminista, porque tampoco hay una manera correcta de serlo.
Que si puedo cuestionar mis gustos, y cuestionar si mis preferencias son reales o estaban inducidas y aún así puedo seguir prefiriendolas y eso no me hace menos feminista, el querer erradicar los estereotipos no se trata de crear uno nuevo, contrario al anterior, se trata de no limitar las opciones, de romper el molde y que cada mujer tenga libertad de elegir y decidir aunque yo no esté de acuerdo o yo en su lugar decidiría otra cosa. Ya vivimos con bastantes culpas sistemáticas de las que intentamos liberarnos, ya nos han negado bastante el placer, como para cuestionar o criticar que tan feminista es quien baila una letra machista o quien le gusta posar semidesnuda o sensual en sus redes sociales. Que si hay o no algo de empoderante en ello, pues si, el gozo y el disfrute de una misma se nos niega, y sea o no para otros, cuál es el problema? Algunas postulan, yo me maquillo pero para mi misma, o me depilo para mi misma, como justificándose y hay quienes se aventuran a decir que está bien cuando no se hace para otres, amiga no necesitas justificarte ni darle explicaciones a nadie, ni a la compañera feminista. Hacemos muchas cosas para otres también, vestir bien por ejemplo, o en cuarentena has usado jeans y/o camisas? Nos hemos cuestionado pq no vamos a reuniones formales en buzo si es lo que nos gusta usar? La vida es más compleja que absolutismos. 
Dentro de todo movimiento siempre es necesaria la fuerza y el aguante de los sectores más radicales que a la larga sostienen la causa, pero es necesario lograr un equilibrio, para no dividir. Es evidente que dentro de tan amplio movimiento existan diferentes maneras de vivirlo y que vayan aportando cada particularidad y nos sintamos identificadas más con unas que con otras, pero no nos olvidemos que todas tenemos un denominador común, no nos desgatemos ni nos convirtamos en lo que buscamos erradicar.


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